Hoy les dejo un post que tenía por ahí pendiente en publicar. No quiero que suene a reclamo, más bien es una reflexión, porque definitivamente esto de la inmigración no solo involucra al que se va, sino al que se queda, eso es algo que creo todos debemos tener claro.
Voy a tratar de explicar mi punto a través de dos ejemplos:
El primer caso es el de una amiga que en Abril de este año se encontraba de “vacaciones” unas tres semanas en su país de origen. Ese viaje lo planificó y esperó todo el año, ya que se trata de un momento donde toda su familia se reúne en el marco de la Semana Santa. Ella, que habla todos los días con su familia, en especial su madre vía skype o por teléfono, siempre preguntaba por el estado de salud de su padre, de unos setenta y tantos, quien desde un par de años atrás estaba aquejado de un cáncer. La respuesta siempre la misma: bien, ahí va, en su rutina, estable pero bien, no te lo paso ahorita por X razón. A veces lograba ella hablar con él directamente, pero igual sin muchos detalles de su estado de salud. Lo cierto y para hacer el cuento corto, es que esperaba ella encontrar a su padre "bien", con los “achaques” normales de su edad y algunas secuelas del cáncer, pero en general bien, sin mayores complicaciones. Al llegar, se encuentra con otro panorama, con un padre casi moribundo, a punta de morfina y en sus últimos días de vida…. Wow, nada que ver con lo que le habían dicho…. Lamentablemente, el señor murió, aunque por lo menos le quedó el consuelo de estar con él en sus últimos días.
El primer caso es el de una amiga que en Abril de este año se encontraba de “vacaciones” unas tres semanas en su país de origen. Ese viaje lo planificó y esperó todo el año, ya que se trata de un momento donde toda su familia se reúne en el marco de la Semana Santa. Ella, que habla todos los días con su familia, en especial su madre vía skype o por teléfono, siempre preguntaba por el estado de salud de su padre, de unos setenta y tantos, quien desde un par de años atrás estaba aquejado de un cáncer. La respuesta siempre la misma: bien, ahí va, en su rutina, estable pero bien, no te lo paso ahorita por X razón. A veces lograba ella hablar con él directamente, pero igual sin muchos detalles de su estado de salud. Lo cierto y para hacer el cuento corto, es que esperaba ella encontrar a su padre "bien", con los “achaques” normales de su edad y algunas secuelas del cáncer, pero en general bien, sin mayores complicaciones. Al llegar, se encuentra con otro panorama, con un padre casi moribundo, a punta de morfina y en sus últimos días de vida…. Wow, nada que ver con lo que le habían dicho…. Lamentablemente, el señor murió, aunque por lo menos le quedó el consuelo de estar con él en sus últimos días.
Entendemos que la familia "allá" no quiere que uno aquí se preocupe, que al final ellos lidian con su rutina y nosotros con la nuestra, pero en definitiva, para los que los vemos en persona una vez cada tantos meses, quizás años, no deja de salir a flote el sentimiento de que se es extranjero hasta dentro de su propia familia, que te pierdes "capítulos" de sus vidas mientras ellos se pierden algunos de la nuestra.
Se que ellos no lo hacen con mala intensión, pero para los que nos preocupamos y estamos pendientes de los que quedan allá, no es fácil el pensar que todo está bien, cuando la realidad es otra. Para el segundo ejemplo de este post, recuerdo cuando hablando con mi madre unos meses atrás me dice: ah, tu papá ya está bien, aquel día en la emergencia de la Clínica fue solo un susto… ¿Qué?, ¿emergencia?, ¿clínica? ¿de qué hablas?, yo no sabía nada. Ella me dice: claaaaro, yo te dije, que tu papá se sintió mal y tuvo esto y aquello…. En definitiva, y con todo y que luego del famoso día hablamos varias veces, resulta que ella por el estrés, la rutina y muchas otras cosas más, pensó haberme dicho lo que no me había dicho…
Así podría comentar varias otras situaciones tanto mías como con la familia de Eglee, pero en resumen entiende uno que a veces son muchos los factores que nos impiden estar 100% al día de detalles de lo que sucede, y al mismo tiempo nos embarga el sentimiento de ser “turistas” dentro de la misma familia, por mucho que uno esté pendiente, al final se tiene siempre la doble preocupación de las cosas que aquí en el día a día, más las que pudieran estar pasando a la familia en el país de origen, en especial cuando los años comienzan a pasar factura a nuestros padres, suegros, etc.
Bueno, hasta aquí el "desahogo/queja" de hoy... ni modo, esto es parte del ser inmigrante y de estar lejos de los seres queridos... quizás nunca se adapte uno a ese aspecto.
Bueno, hasta aquí el "desahogo/queja" de hoy... ni modo, esto es parte del ser inmigrante y de estar lejos de los seres queridos... quizás nunca se adapte uno a ese aspecto.
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