Dicen que la vida es un espiral, y en este caso pareciera ser cierto. Casualmente un año atrás escribía yo el post “Hablo con Acento pero no pienso con Acento" , en el cual todo se resume en “no me tomes por bruto, no me menosprecies”
Qué mejor momento para este "déjà vu" que justo cuando esta mañana tenía yo un impase bastante fuerte con un compañero de trabajo, compañero quebeco que se sienta justo a mi lado y con el que se supone debo hacer equipo en nuestras actividades diarias. Luego de casi tres años trabajando juntos creo que he logrado "domar a la fiera", mas siempre trata de sacar a flote sus años de experiencia, sus muuuchos años en la empresa y el que sea bastante mayor que yo (….me molesta sobremanera cuando me quiere tratar como si fuera su hermanito menor).
Al final, mi Jefa me dio la razón, mi compañero salió con las tablas en la cabeza, hice valer mi punto de forma profesional, y quedó él como el propio niño malcriado (en algún momento de la discusión salió de la oficina pataleando y zapateando al estilo del famoso comediante mexicano el Chavo del 8).
Como el titulo de este post, a pesar de mi acento, demostré que pienso sin el mismo y que no soy menos que nadie…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bravo mi Campeón! Besos . Te amo, Egleé
ResponderEliminarQue buen ejemplo de lo que debemos lograr. esto es caracter. gracias
ResponderEliminarjajajajaja me gusta eso de el hermanito menor, lo bueno de tener un inmigrante como companero de trabajo y que tu jefe tambien sea extranjero, es que normalmente no piensan como quebecos y te dan la oportunidad de hacer las cosas de formas distintas sin tomar en cuenta la 'experiencia pasada' siempre y cuando tu forma represente un beneficio para la empresa.
ResponderEliminarSaludos Sergio la proxima vez le hechas unas mentadas de madre a lo caraqueno para que se quede quieto el hombre
Tu experiencia me recuerda algo que recien viví en la escuela de mi beba. Algo extremadamente grave ocurrió el primer día (larga historia) y el hecho es que al intentar presentar mi queja ante la dirección, simplemente menospreciaron el problema alegando que no era momento de atenderme, que pasara al día siguiente.Inmediatamente mi nivel de indignación salió a flote y les dije: soy inmigrante pero eso no indica que estoy aquí precisamente por incapaz. No hablo como usted habla pero es perfectamente entendible lo que digo porque de otro modo no estarían tan sorprendidos de mi capacidad de defender a los mios!....inmediatamente me abrió la puerta y hoy en día me respetan...punto a favor ejejeheh salí satisfecha de mi misma y de hacerme respetar....
ResponderEliminarGracias Patricia, en efecto creo que en guarderías y escuelas es donde primero comenzamos a tener que tratar de imponernos, porque se ven casos de casos...
EliminarSaludos,