Los niños pequeños no conocen de fronteras, visas, inmigración, etc. etc., para ellos el mundo es uno solo. Nos preguntaba Santiago entre llanto y sueño dos noches antes de la partida de sus tíos (quienes regresaban a Venezuela luego de una visita de tres semanas) “por qué si allá las cosas están mal, ellos tienen que regresar?”, “por qué se tienen que ir y no se pueden quedar con nosotros aquí?” y creo que la pregunta mas compleja “por qué solo estamos nosotros aquí y toda la familia allá, no sería mejor si todos se vienen y están aquí con nosotros?”….
Esto de la inmigración nos pega a todos, y aunque pensamos que a los niños menos que a los adultos, al final la cosa no es tan fácil incluso para ellos…. Hasta Diego, unos cuantos días después de la partida, aún se despierta en las mañanas y nos pregunta por sus tíos, “donde están?, se fueron?”...
Retornar a la rutina diaria viéndonos los cuatro “solos” otra vez por aquí me lleva a pensar que fácil seria si, como dice Santiago, toda la familia simplemente pudiera agarrar un avión y venir para quedarse definitivamente, compartiendo con nosotros tantas cosas nuevas y buenas en estas tierras del Norte.
Definitivamente tenemos que vivir y disfrutar al máximo cada segundo con la familia siempre que los tengamos cerca.
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