El Sistema Polìtico latinoamericano: Esperando "al Mesías"....!!!!

En el marco de las elecciones canadienses y siguiendo el excelente post explicativo sobre el Sistema Político que nos dejó Guillermo (Los Ziegler en Canadá: 9 Preguntas y Respuestas sobre el Parlamento Canadiense para que entiendas que pasa por aquí) la semana pasada, saco mi vena de Politólogo para comentar y complementar al respecto.

Una de las cosas más significativas e importantes que a mi juicio tiene este Sistema Político vs el Sistema Presidencialista (imperante en casi todos los países del continente de México hasta La Patagonia), es que si bien se impone el liderazgo de una figura por cada partido político, al final no se depende de una sola persona, de ese "Mesías" que tanto se añora en nuestros países y que no termina de llegar (…. ni llegará, porque estoy seguro que se trata de un esfuerzo y compromiso de todos, no de uno sólo). Aquí, al igual que en muchos países Europeos como Inglaterra o España, es el Parlamento el que gobierna, liderado por el Primer Ministro, que en términos generales es el líder del partido mayoritario, pero que muchas veces si su partido no tiene una mayoría absoluta debe negociar con otros partidos para que lo apoyen y así poder “formar gobierno”.

En Latinoamérica, cada vez que llega una campaña electoral, esta se centra en la oferta de una persona, de un candidato a la presidencia; mientras que aquí cada uno de los candidatos debe luchar por garantizarse un puesto en el Parlamento Nacional y con ello el número de votos necesarios para poder designar al jefe de su bancada como Primer Ministro. Hablamos de un Sistema Político donde predomina el voto uninominal y todo elector sabe por quién vota... aquello de las listas no está presente y en términos generales, se conoce a cada uno de los miembros del Parlamento. En casos como el venezolano, se vota uninominalmente por el Presidente y un buen número de Diputados, pero hay un amplio grupo que “entran coleados” en las famosas listas por partido, y donde al final terminan llegando al Parlamento (Asamblea en nuestro caso) personas que no se sabe de dónde salieron y “los conocen sólo en su casa”.

En Canadá, cada candidato debe hacer campaña en su circunscripción, ganarse al electorado y si bien mucha gente apoya al partido como tal (Conservadores, Liberales, NDP, etc. etc.), hay la posibilidad de como elector, aún siendo uno seguidor de un partido X, se termine votando por el candidato del partido Z ,ya que el mismo representa mejor mis intereses y necesidades locales, por ejemplo.

Al final, me parece que lo más importante de todo es que para gobernar hay que hacerlo por consenso, hay que negociar, escuchar a los otros y respetar la pluralidad, ya que podría darse el caso de que uno o varios Diputados, Representantes o como se les llame, no necesariamente sigan todo el tiempo la línea del partido y en algunos casos apoyen al contrario, porque al final se deben al electorado del territorio que los eligió para ese puesto. Igualmente hay un mayor control sobre el gobernante y es más difícil que el mismo trate de perpetuarse en el poder o abusar del mismo.

Ahora que he podido vivir el Sistema Parlamentario, se reafirma la idea que traía desde tiempos de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCV, y es que para idiosincrasias como la venezolana (…. y creo que latinoamericana en general), el Presidencialismo no funciona, y quizás un nuevo Sistema Político que no dependa de “uno solo”… “del Mesías”, haría las cosas más ventajosas para todos.